Ostrava a 28/06/2018 – Los alumnos y estudiantes recibirán las notas y el último día de este año saldrá de nuevo a la región el Inspector de Grifo de SmVaK para comprobar qué establecimientos en la región están dispuestos a servirles a los clientes agua potable de la red de abastecimiento pública. Por su amabilidad recibirán los representantes de los restaurantes, cafeterías, hoteles y bares además de la pegatina Servimos agua de grifo también un juego de jarras y vasos con el logo de la empresa de agua con los que podrán servir el agua potable de calidad.

SmVaK Ostrava inició este proyecto en verano de 2015, saliendo el inspector todos los años durante las vacaciones al terreno de la Región de Moravia y Silesia. Este año tiene previsto visitar unas 100 empresas.

“En el proyecto están involucradas unas 70 empresas de la Región de Moravia y Silesia. El hecho de que el inspector ha recorrido el triple de establecimientos demuestra que el servir agua potable de grifo a los clientes en nuestra región sigue siendo algo no del todo habitual. Y es una pena. Ya veremos cómo ha cambiado la situación durante los doce últimos meses. Estoy convencido que para mejor porque el agua potable en la región presenta una alta calidad gracias a las fuentes en la naturaleza limpia de Beskydy o Jeseníky y la forma sofisticada de su tratamiento y distribución”, afirma Anatol Pšenička, director general de la sociedad SmVaK Ostrava .

El principio del proyecto consiste en las visitas personales y las entrevistas con los propietarios de los distintos establecimientos. La gestora de agua entiende que el agua de grifo no tiene que ser servida en los establecimientos gratuitamente porque con su preparación y servicio en la mesa del cliente está unida una serie de tareas y trabajos del personal. Además, el agua como la materia prima más preciada tiene su valor. Por ello no es una condición para premiar el hecho de que los clientes reciban el agua de grifo gratis.
Para comparar: por un litro de agua de grifo en la región en la que opera SmVaK Ostrava, los clientes pagan unos ocho céntimos, una botella de 0,33 l de agua sin gas se vende en los establecimientos por unas treinta coronas.

“El objetivo sigue siendo explicar a la gente y los operadores de los establecimientos que esta práctica no es una excepción sino un estándar habitual en otros países europeos. La gente se va acostumbrando poco a poco a que se está bebiendo cada vez más el agua de grifo gracias a su calidad. Creo que no procede que los operadores de los establecimientos se preocupen por la reducción de ganancias. Cuando salen a tomarse una cerveza o copa de vino, no se van a tomar en su lugar agua de grifo, al igual que no se saltarán el almuerzo o el café después de él por el agua de grifo”, explica Pšenička.

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